La Defensoría de la Infancia y Adolescencia de Andalucía

La Defensoría de la Infancia y Adolescencia de Andalucía es una institución creada por el Parlamento de Andalucía y tiene como misión la defensa y promoción de los derechos y libertades de las personas menores de edad. Sus actuaciones son totalmente gratuitas y no requieren de ningún formalismo especial.

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Queja número 21/4960

La persona promotora de la queja exponía lo siguiente:

"No queremos vallas de publicidad frente a nuestras viviendas. El Ayuntamiento de Málaga abusa de su poder y permite la instalación de vallas gigantes de publicidad frente a nuestras viviendas lo que no contempla la Ordenanza Reguladora, dejando al concesionario a su albedrío los lugares y cantidad de vallas a colocar en la parcela seleccionada frente a nuestras viviendas, parcela que está catalogada como zona verde sin ajardinar y parte equipamiento pero que lleva más de 20 años en esa situación a propósito pese haberle hecho constar la situación en numerosos escritos presentados en registro presencial y telemático.

El Ayuntamiento en todos estos años no ha destinado la parcela a lo que le corresponde y no ha plantado en ella ni un solo árbol a pesar de disponer de los recursos materiales y humanos para haberlo hecho.”

Admitida la queja a trámite nos dirigimos al Ayuntamiento de Málaga solicitando información sobre las actuaciones municipales tendentes a dotar efectivamente la zona verde prevista en el PGOU (calle ...), evitando la contaminación atmosférica, acústica y lumínica.

En la respuesta municipal remitida se indicaba que una vez transcurridos los 5 años establecidos en la concesión demanial sobre utilización de suelo público para la instalación y explotación de vallas publicitarias formalizada el 19 de enero de 2015, con fecha 7 de mayo de 2020 se dictó resolución declarando la extinción de la misma por vencimiento y ordenando la retirada de los soportes publicitarios, debiendo abandonar y dejar libres y vacuas las parcelas municipales objeto de concesión en el plazo de 15 días.

La empresa que obtuvo la concesión también se encargaba del desmontaje de los soportes publicitarios, comunicando al Servicio de Patrimonio, con fecha 6 de noviembre de 2020, que había procedido a ello y adjuntaba dossier fotográfico. Por el Ayuntamiento de Málaga no se devolvió, no obstante, la garantía definitiva, al considerar que no sería oportuno hasta que se acreditase dejar expeditos de soportes los emplazamientos.

En el Servicio de Patrimonio Municipal se había tramitado un nuevo expediente de concesión demanial para la utilización privativa de suelo público para la instalación y explotación de vallas publicitarias, en el que no se había incluido como emplazamiento para las instalaciones publicitarias la parcela municipal objeto de la presente queja.

A raíz de nuestra petición de informe se giró visita de inspección con fecha 30 de agosto de 2021 al emplazamiento comprobándose que quedaban restos de los tubos de anclaje, soporte de pantallas, canalización tubular eléctrica, acopio de desbroce de vegetación y acumulación de materiales de demolición, lo que se puso en conocimiento de la empresa a fin de que subsanara las deficiencias detectadas o procediera a hacerlo el propio Ayuntamiento con cargo al aval presentado en su día.

Dicha empresa, con fecha 7 de septiembre de 2021, comunicó la retirada de los restos de las instalaciones, adjuntando en días posteriores fotos de la limpieza del solar. Con fecha 23 de septiembre de 2021 el técnico municipal giró visita de inspección emitiendo informe indicando que había 2 instalaciones publicitarias (valla y contenedor) en explotación en terreno municipal contiguo al objeto de la actual concesión demanial que presuntamente carecían de autorización municipal, por lo que sería susceptible del oportuno procedimiento administrativo. Respecto a la anterior concesión demanial, no se observaban vallas publicitarias ni quedaban a la vista elementos de anclaje y conducción eléctrica.

Confirmado que las dos instalaciones publicitarias en explotación no contaban con la preceptiva autorización municipal y, al ser desconocido su titular, se daría traslado a los Servicios Operativos del Distrito para que procedieran a su retirada. Asimismo indicaban que se estaba tramitando el nuevo “Plan de limpieza y desbroce de parcelas municipales” en el que, entre otros, se contemplaba la retirada de soportes publicitarios, permitiendo la ejecución subsidiaria en caso de que los titulares de las instalaciones no atendieran el requerimiento de retirada de las mismas.

Con esta información, considerando que el asunto planteado se encontraba en vías de solución, dimos por concluidas nuestras actuaciones.

Queja número 21/1463

En relación con expediente de queja recibido en esta Institución afectante a la falta de respuesta al escrito presentado por D (….) ante la Intervención Municipal del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María respecto a la petición de copia de las actas de inspecciones de determinados contratos administrativos, el Alcalde del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María nos remite resolución del Delegado de Innovación, Comunicación y Administración electrónica.

Dado que se ha dado respuesta a la solicitud, damos por terminada nuestra intervención en la misma ya que se ha puesto fin a la situación de silencio administrativo por la que tramitamos la queja.

Tras analizar la resolución emitida, le informamos que procedemos a abrir un nuevo expediente (Q21/7564) para abordar la ausencia de actas de inspección de los contratos administrativos.

 

La violencia en el lugar de trabajo constituye un riesgo específico que afecta cualquier tipo de relación laboral en todos los contextos de trabajo y grupos profesionales, y constituye en la actualidad una preocupación prioritaria para el desarrollo de la actividad profesional en todos los ámbitos.

Si bien la violencia en el entorno laboral afecta a todos los sectores profesionales, en el sector de la atención a la salud esta situación se ha extendido con gran rapidez afectando a un número más elevado de profesionales que en otras actividades.

Estas situaciones no son ajenas a nuestro Sistema Público de Salud, en el que las situaciones de violencia y agresiones a profesionales sanitarios constituyen un problema real que, aún afectando a una minoría de los profesionales que trabajan en este sector, su creciente incremento le hace cobrar cada vez mayor importancia. Y que se refleja, tanto en sus repercusiones en la esfera de los derechos más básicos de este personal, como en el desempeño de su relación asistencial y en la calidad del servicio, lo que termina afectando al eficaz funcionamiento de las organizaciones sanitarias.

La tendencia expansiva de este fenómeno llevó a los colegios profesionales y organizaciones sindicales más representativas de este sector a trasladar ante todas las instancias públicas su preocupación por el aumento de estas conductas violentas contra el personal sanitario. Lo que dio lugar a que se adoptaran diversas iniciativas para prevenir y corregir estas conductas violentas y agresivas que afectan al personal que trabaja en el Sistema Nacional de Salud.

En este contexto, por parte de la institución del Defensor del Pueblo Andaluz se consideró oportuno iniciar una actuación de oficio para valorar los efectos de esta situación y de los derechos de los colectivos profesionales afectados por la misma, así como la efectividad de las medidas adoptadas al respecto por la Administración sanitaria andaluza.

En el curso de la investigación realizada se ha obtenido una información que consideramos puede ser de indudable interés para valorar la realidad actual de esta situación en Andalucía, para lo que hemos contado también con la opinión y valoración de las corporaciones y organizaciones representativas de los profesionales sanitarios. Junto a estos datos y el análisis y evaluación de los mismos, hemos estimado oportuno completarla con las consideraciones y propuestas que se han incluido en la Resolución con la que se finaliza dicha actuación de oficio y que se incluyen en este Estudio Singular sobre Agresiones al personal sanitario en su puesto de trabajo que ha elaborado esta Institución.

La Oficina de Información y Atención Ciudadana del Defensor del Pueblo andaluz se desplaza a Lepe y Ayamonte los días 16 y 17 de febrero para la atención presencial a la ciudadanía

La Oficina de Información y Atención Ciudadana (OIAC) del Defensor del Pueblo andaluz se desplaza a la comarca de la Costa Occidental de Huelva los próximos 16 y 17 de febrero para atender las quejas y consultas que quieran hacerle llegar la ciudadanía. En concreto, esta Oficina atenderá en Lepe el miércoles 16 de febrero, y en Ayamonte el jueves 17 de febrero.

En estos dos días, la Oficina de Información y Atención Ciudadana del Defensor del Pueblo andaluz atenderá a los vecinos de Ayamonte, Isla Cristina, Cartaya, Lepe, Villablanca y San Silvestre de Guzman. El objetivo de esta visita presencial es acercar los servicios de la Institución a los vecinos y vecinas de esta comarca con el fin de garantizar sus derechos frente a la actuación de las administraciones públicas en vivienda, salud, educación, servicios sociales, medio ambiente, justicia o transporte público, así como en cuestiones relacionadas con los servicios de interés general, caso de reclamaciones de telefonía, entidades financieras y suministros de luz y agua.

El miércoles 16 de febrero la Oficina atenderá en Lepe, en la Alcaldía de Barrio de Las Moreras, calle Matalascañas, esquina Punta del Moral (frente a la residencia de Mayores). Al día siguiente, jueves 17 de febrero, la Oficina del Defensor se desplazará a Ayamonte para atender directamente a la ciudadanía en la Casa Cultural Casa Grande, en calle Huelva, 37. El horario en ambas ocasiones será de 9:30 a 14:00 y de 17:00 a 19:00 horas.

Con el fin de prestar el mejor servicio a las personas o colectivos que se dirigen personalmente a la Oficina, y ante las medidas sanitarias recomendadas con motivo de la pandemia por COVID-19, es necesario concertar cita previa llamando al teléfono 954 21 21 21 o enviando un correo electrónico a citapreviadpa@defensor-and.es. También se puede solicitar la cita a través de nuestras principales redes sociales: facebook o twitter.

Actuación de oficio del Defensor del Pueblo Andaluz formulada en el expediente 20/4771 dirigida a Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, Secretaría General de Vivienda

RESUMEN DEL RESULTADO (CIERRE DE QUEJA DE OFICIO)

Discrepamos sobre argumentos esgrimidos para la concesión de ayuda aprobada en vivienda.

30-07-2020 APERTURA DE LA QUEJA DE OFICIO

En esta Institución se están recibiendo consultas, como la C 20/..., en la que el interesado plantea que estuvo en situación de ERTE desde el 15 de marzo al 15 de mayo de 2020 y cuestiona si tendría derecho a acceder a ayuda al alquiler de su vivienda durante el plazo en el que estuvo en dicha situación, y que afectan al período y fecha a considerar de la situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida de las personas solicitantes para poder acceder al Programa de ayudas para contribuir a minimizar el impacto económico y social del COVID-19 en los alquileres de la vivienda habitual.

En concreto se plantean las personas solicitantes que como consecuencia del impacto económico del COVID-19 se hayan encontrado en alguna de las situaciones de vulnerabilidad sobrevenida previstas legalmente y que a fecha de presentación de la correspondiente solicitud, en el período comprendido entre el 8 de julio y el 30 de septiembre de 2020, ya no se encuentren en las situaciones descritas, si tendrán derecho a acceder a la ayuda al alquiler que nos ocupa.

Parece ser, según información oficiosa que también nos ha hecho llegar la Asociación de Promotores Públicos de Vivienda Social de Andalucía, AVS, que según consulta efectuada con el centro directivo competente, a las personas que a fecha de presentación de su solicitud hayan superado ya la situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida en la que se encontraron a causa del COVID-19, no se les va a conceder la ayuda al alquiler a la que nos venimos refiriendo, estando pendiente la Consejería por razón de la materia, de impartir instrucciones precisas al respecto a todas sus Delegaciones Territoriales.

CONSIDERACIONES

1.- Procede en este momento fijar mínimamente los antecedes normativos de este nuevo Programa de ayudas y descender con posterioridad a la regulación positiva por la que se rige el mismo, a afectos de determinar el momento y plazos a considerar de la situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida que dé derecho a percibir la ayuda económica destinada a minimizar el impacto del COVID-19 en el alquiler de vivienda habitual.

Debido a la rapidez en la evolución de la situación de emergencia de salud pública ocasionada por el COVID-19, a escala nacional e internacional, el Gobierno, al amparo de lo dispuesto en el artículo cuarto, apartados b) y d), de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio, declaró el estado de alarma en todo el territorio nacional con el fin de afrontar la crisis sanitaria, mediante Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo.

En el posterior desarrollo normativo para la adopción de medidas extraordinarias y excepcionales que esta situación requería, fue el Real-Decreto Ley 11/2020 de 31 de marzo, haciéndose eco de la problemática suscitada a raíz de la pandemia de COVID–19 que estaba generando un fuerte impacto económico y social que, entre otros ámbitos, estaba afectando a los ingresos de muchos ciudadanos que, en calidad de arrendatarios, venían ocupando sus viviendas habituales con los que hacían frente al pago de sus alquileres, afectando, sin duda también, a determinados colectivos especialmente vulnerables, el que vino a establecer determinadas medidas encaminadas a su solución.

Una de ellas, entre otras, estribaba en proporcionar a las comunidades autónomas y a las ciudades de Ceuta y de Melilla, las herramientas necesarias para hacer frente a las consecuencias de esta crisis en los arrendatarios de su vivienda habitual, para lo que se hacía necesario la readaptación y ajuste del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, implementando ayudas para soluciones habitacionales más rápidas.

En concreto el Real Decreto-ley11/2020 mandataba en sus artículos 10, 11 y 12 al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para que dicte una Orden en la que se incorpore varios programas, entre ellos, y al que nos referimos en este expediente de queja de oficio, el «programa de ayudas para contribuir a minimizar el impacto económico y social del COVID-19 en los alquileres de vivienda habitual»

En cumplimiento del referido mandato, ha sido la Orden TMA/336/2020, de 9 de abril, la que incorpora de forma inmediata al Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, regulado en el Real Decreto 106/2018, de 9 de marzo, estos nuevos programas de ayuda para contribuir a minimizar el impacto económico y social del COVID-19 en los alquileres de vivienda habitual.

La sustitución y modificación de este programa del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, junto a otros, tiene como objetivo proporcionar a las comunidades autónomas ya las ciudades de Ceuta y Melilla herramientas para acelerar la disposición de soluciones habitacionales, mediante ayudas directas, en su caso, para aquellas situaciones que se hayan exacerbado como consecuencia del impacto del COVID-19,y no puedan esperar a la gestión ordinaria de las ayudas del Plan.

La Comunidad Autónoma de Andalucía, haciendo uso de la competencia atribuida, procedió mediante la Orden 8 de Junio 2020, a la aprobación de las bases reguladoras para la concesión de ayudas, en régimen de concurrencia no competitiva, para contribuir a minimizar el impacto económico y social del COVID-19 en los alquileres de la vivienda habitual, habiéndose efectuado su convocatoria mediante Orden de 29 de junio 2020, publicada en BOJA de 1 de julio.

2.- En cuanto a la regulación positiva específica que, a juicio de esta Institución, avalan una interpretación a favor de la concesión de la ayuda al alquiler a la que nos venimos refiriendo, a aquellas personas que habiendo estado en situación de vulnerabilidad social y económica sobrevenida a causa del COVID-19 por haber reunido los requisitos exigidos para ello normativamente, ya no lo estén a fecha de presentación de su solicitud.

Esta interpretación favorable en el sentido indicado, daría derecho a percibir la subvención de ayuda al alquiler proporcionalmente al período en el que la persona solicitante estuviera y acreditara la situación de vulnerabilidad económica social sobrevenida durante el periodo subvencionable, aunque ya no lo esté a fecha de presentación de su solicitud, ya sea durante la vigencia del estado de alarma o con posterioridad a la terminación del mismo.

2.1.- El Programa de concesión de ayudas, en régimen de concurrencia no competitiva, para contribuir a minimizar el impacto económico y social del COVID-19 en los alquileres de la vivienda habitual, tiene por objeto la concesión de ayudas al alquiler, mediante adjudicación directa, a las personas arrendatarias de vivienda habitual que, como consecuencia del impacto económico y social del COVID–19 tengan problemas transitorios para atender al pago parcial o total: 1. Del alquiler de su vivienda habitual. 2. De la devolución de aquellas ayudas transitorias de financiación que hayan solicitado para el pago de la renta de su vivienda habitual, reguladas en el artículo 9 del Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo por el que se adoptan medidas urgentes complementarias en el ámbito social y económico para hacer frente al COVID 19.

2.2.- De estas ayudas podrán beneficiarse las personas físicas que, en su condición de arrendatarios de vivienda habitual, acrediten estar en situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida a consecuencia del COVID-19. Según la normativa aprobada, ya citada en el apartado 1 de estas Consideraciones, eran las Comunidades Autónomas y las ciudades de Ceuta y de Melilla las que debían determinar los supuestos de «situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida a consecuencia del COVID-19» que posibilitarían adquirir la condición de beneficiarios de las ayudas de este programa, que habrían de incluir, en todo caso y como mínimo, los definidos en el artículo 5 del Real Decreto Ley 11/2020, con los límites del apartado 3 del citado precepto legal, así como los medios a través de los cuales podrían acreditarse, que incluirían de nuevo, en todo caso y también como mínimo, los establecidos por el artículo 6 del citado Real Decreto-ley.

A mayor abundamiento, en el caso de que las Comunidades Autónomas y las ciudades de Ceuta y de Melilla no determinasen supuestos adicionales o complementarios de «situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida a consecuencia del COVID-19» serían de aplicación los definidos en el artículo 5 del Real Decreto-ley 11/2020; asimismo, mientras no determinen la documentación para la acreditación de dichos supuestos adicionales o complementarios, será de aplicación lo establecido en el artículo 6 del citado Real Decreto-ley. La Comunidad Autónoma de Andalucía ha procedido a establecer las bases reguladoras de estas ayudas a conceder por el procedimiento de concurrencia no competitiva, mediante Orden de 8 de Junio de 2020, sin que haya incluido ni regulado supuestos adicionales o complementarios de vulnerabilidad, por lo que han de considerarse los contemplados en el artículo 5 del RDL 11/2020, que habrán de acreditarse conforme a lo dispuesto en el artículo 6 de la misma norma.

2.3.- Esta ayuda, se podrá conceder por un plazo de hasta 6 meses, pudiendo incluirse como primera mensualidad la correspondiente al mes de abril de 2020. Serán los órganos competentes de cada comunidad autónoma los que determinen la cuantía exacta de estas ayudas, dentro de los límites establecidos para este programa, para lo que podrán establecer los medios necesarios para que la concesión de las ayudas se produzca teniendo en cuenta el grado de vulnerabilidad de los solicitantes. A estos efectos podrán solicitar asesoramiento de los servicios sociales autonómicos o locales correspondientes, o habilitar cualquier otro mecanismo que les permita ponderar el grado de vulnerabilidad para proponer, en su caso, el importe de la ayuda y/o las mensualidades a las que se deba atender.

2.4.- En cuanto al periodo o periodos durante los que deben mantenerse los requisitos, esto será durante el período subvencionable, entendiéndose por tal los seis meses de renta de alquiler que se subvencionan. Comprende seis meses completos y consecutivos. El mes de inicio es determinado por la persona solicitante, debiendo reunir los requisitos desde ese momento. El período podrá iniciarse entre abril y septiembre de 2020.

Plazo dentro del que deben haberse realizado los gastos subvencionables, finalmente será durante el período subvencionable, entendiéndose por tal el definido en el apartado anterior.

2.5.- El plazo de presentación de solicitudes ha sido regulado por nuestra Comunidad Autónoma, mediante la Orden de 29 de Junio de 2020, por la que se efectúa la convocatoria de este Programa de ayudas, y va desde el día 8 de julio de 2020 hasta el día 30 de septiembre de 2020, ambos inclusive, habiendo tardado casi dos meses en aprobar la regulación de esta ayuda para Andalucía, cuando la Orden estatal reguladora de la misma se aprobó el nueve de abril, Orden TMA/336/2020.

2.6.- Las personas beneficiarias de las ayudas de este programa estarán obligadas a comunicar de inmediato al órgano competente de la Comunidad Autónoma que les haya reconocido la ayuda cualquier modificación de las condiciones o requisitos que motivaron tal reconocimiento. En el supuesto de que el órgano competente resuelva que la modificación es causa de la pérdida sobrevenida del derecho a la ayuda, limitará en su resolución el plazo de concesión de la misma hasta la fecha en que se considere efectiva dicha pérdida.

3.- A la vista de todo cuanto antecede, podemos CONCLUIR, que las personas que durante la duración del estado de alarma o con posterioridad a la terminación del mismo, con inicio en el mes de abril y hasta el 30 de septiembre, se hayan encontrado en alguna de las situaciones de vulnerabilidad sobrevenida que prevé el artículo 5 del RDL 11/2020, y puedan acreditar la misma conforme al artículo 6 de la citada norma, a causa del COVID-19 y aunque ya no estén en dicha situación en la fecha que presenten su solicitud, tendrán derecho a percibir la ayuda a la que nos venimos refiriendo, siempre que en su solicitud determinen el mes de inicio del periodo subvencionable, debiendo reunir los requisitos desde ese momento y hasta que se considere efectiva la pérdida del derecho a percibir la misma por dejar de reunir los requisitos de vulnerabilidad sobrevenida que motivaron su reconocimiento.

De igual forma, corresponde a los órganos competentes de nuestra Comunidad Autónoma, esto es las Delegaciones Territoriales de la Consejería de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio, ponderar el grado de vulnerabilidad y resolver en su caso, el importe exacto de la ayuda y/o las mensualidades a las que se deba atender que consideramos deberá ser proporcional al periodo en el que la persona solicitante estuvo en situación de vulnerabilidad sobrevenida acreditada documentalmente y siempre y cuando reúna todos y cada unos del resto de los requisitos exigidos en la normativa vigente.

Correlativamente, será en el período de ayuda reconocido, en el que se deba haber realizado el gasto subvencionable debiendo acreditarse documentalmente el pago de los recibos de alquiler que correspondan a dicho período.

En consecuencia, en defensa del derecho a la vivienda consagrado en el artículo 47 de la Constitución Española, y del artículo 25 del Estatuto de Autonomía para Andalucía, Ley Orgánica 2/2007, de 19 de Marzo, haciendo uso de la posibilidad que contempla el artículo 10.1 de la Ley 9/1983, de 1 de Diciembre, del Defensor del Pueblo Andaluz, se incoa queja de oficio y se traslada el posicionamiento de esta Institución respecto de las cuestiones planteadas a la Secretaría General de Vivienda, dada la gran incidencia que una interpretación contraria a la aquí expuesta pudiera tener sobre las personas que no han podido hacer frente total o parcialmente a sus compromisos de pago de la renta de su vivienda habitual a causa de haberse encontrado en una situación de vulnerabilidad social o económica sobrevenida a causa del COVID 19, contraviniéndose con ello el espíritu y los objetivos perseguidos con la aprobación del Decreto Ley 11/2020 de 31 de marzo.

Debiendo tenerse en cuenta además, el retraso que ha presidido en nuestra Comunidad Autónoma la aprobación de las Bases reguladoras de este programa de ayudas que han dado lugar a que por el transcurso del tiempo y la incipiente recuperación económica, muchas de las personas que se encontraron en aquella situación se hayan incorporado de nuevo a actividad laboral o económica, por lo que no tendría lógica que se penalizara a estas personas, mediante la denegación de esta ayuda durante el plazo en el que estuvieron en situación de vulnerabilidad y precisamente por haber retornado a su actividad antes de la fecha en la que presenten su solicitud.

08-06-2021CIERRE DE LA QUEJA DE OFICIO

Una vez incoada de oficio la presente queja en la que emitimos Resolución consistente en varias recomendaciones, la Secretaría General de Vivienda nos ha enviado escrito de respuesta del siguiente tenor literal:

«Sugerencia 1: "en orden a que las personas solicitantes que durante la duración del estado de alarma o con posterioridad a la terminación del mismo, hasta el 30 de septiembre de 2020, se haya encontrado en alguna de las situaciones de vulnerabilidad sobrevenida que prevé el articulo 5 del RDL 11/2020, y puedan acreditar la misma conforme al articulo 6 de la citada norma, a causa del COVID 19 y reúnan el resto de los requisitos exigidos en la Orden de 3 de junio de 2020, aunque ya no esté en dicha situación en la fecha que presenten su solicitud, tendrán derecho a percibir la ayuda a la que nos venimos refiriendo, siempre que determinen el mes de inicio del periodo subvencionable, debiendo reunir los requisitos desde ese momento y hasta que se considere efectiva la pérdida del derecho a percibir la ayuda al alquiler referida por dejar de reunir los requisitos de vulnerabilidad sobrevenida que motivaron su reconocimiento”

El Real Decreto- ley 11/2020 de 31 de marzo, por el que se adoptan medidas urgentes complementarias en el ámbito social y económico para hacer frente al COVID-19, establece en su artículo 5 lo siguiente:

Artículo 5. Definición de la situación de vulnerabilidad económica a efectos de obtener moratorias o ayudas en relación con la renta arrendaticia de la vivienda habitual.

1. Los supuestos de vulnerabilidad económica a consecuencia de la emergencia sanitaria ocasionada por el COVID 19 requerirán la concurrencia conjunta, a los efectos de obtener moratorias o ayudas en relación con la renta arrendaticia de la vivienda habitual, de los siguientes requisitos:

a) Que la persona que esté obligada a pagar la renta de alquiler pase a estar en situación de desempleo, Expediente Temporal de Regulación de Empleo (ERTE), o haya reducido su jornada por motivo de cuidados, en casa de ser empresario, u otras circunstancias similares que supongan una perdida sustancial de ingresos, no alcanzando por ello el conjunto de los ingresos de los miembros de la unidad familiar, en el mes anterior a la solicitud de la moratoria:

i. Con carácter general, el limite de tres veces el indicador Público de Renta de Efectos Múltiples mensual (en adelante IPREM).

ii Este limite se incrementará en 0,1 veces el IPREM por cada hijo a cargo en la unidad familiar. El incremento aplicable por hijo a cargo será de 0,15 veces el IPREM por cada hijo en el caso de unidad familiar monoparental.

iii. Este limite se incrementará en 0,1 veces el IPREM por cada persona mayor de 65 años miembro de la unidad familiar.

iv. En caso de que alguno de los miembros de la unidad familiar tenga declarada discapacidad superior al 33 por ciento, situación de dependencia o enfermedad que le incapacite acreditadamente de forma permanente para realizar una actividad laboral, el limite previsto en el subapartado i) será de cuatro veces el IPREM, sin perjuicio de los incrementos acumuladas por hijo a cargo.

v. En el caso de que la persona obligada a pagar la renta arrendaticia sea persona con parálisis cerebral, con enfermedad mental, o con discapacidad intelectual, con un grado de discapacidad reconocido iguala superior al 33 por ciento, o persona con discapacidad física o sensorial, con un grado de discapacidad reconocida igual o superior al 65 por ciento, así como en los casos de enfermedad grave que incapacite acreditadamente, a la persona o a su cuidador, para realizar una actividad laboral, el límite previsto en el subapartado i) será de cinco veces el IPREM.

b) Que la renta arrendaticia, más los gastos y suministros básicos, resulte superior o igual al 35 por cien de los ingresos netos que perciba el conjunto de las miembros de la unidad familiar, A estos efectos, se entenderá por «gastos y suministros básicos» el importe del coste de los suministros de electricidad, gas, gasoil para calefacción, agua corriente, de los servicios de telecomunicación fija y móvil, y las posibles contribuciones a la comunidad de propietarios, todos ellos de la vivienda habitual que corresponda satisfacer al arrendatario... "

Por su parte la Orden TMA/336/2020, de 9 de abril, por la que se incorpora, sustituye y modifican sendos programas de ayuda del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, en cumplimiento de lo dispuesto en los artículos 10, 11 y 12 del Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo, por el que se adoptan medidas urgentes complementarias en el ámbito social y económico para hacer frente al COVID-19, establece en su artículo 2:

"Artículo 2. Programa de ayudas para contribuir a minimizar el impacto económico y social del COVID-19 en los alquileres de vivienda habitual.

2. Beneficiaros. Podrán beneficiarse de las ayudas de este programa las personas físicas que, en su condición de arrendatarios de vivienda habitual, acrediten estar en situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida a consecuencia del COVID-19. Las Comunidades Autónomas y las ciudades de Ceuta y de Melilla determinarán los supuestos de «situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida a consecuencia del COVID-19» que posibilitarán adquirir la condición de beneficiarios de las ayudas de este programa, que incluirán en todo caso y como mínimo los definidas en el artículo 6 del Real Decreto-ley 11/2020, con los límites del apartado 3 del citado precepto legal, así como los medios a través de los cuales podrán acreditarse, que incluirán en todo caso y también como mínimo los establecidos por e/ artículo 6 del citado Real Decreto-ley. ...”

... Las personas beneficiar/as de las ayudas de este programa estarán obligadas a comunicar de inmediato al órgano competente de la Comunidad Autónoma y de las Ciudades de Ceuta y de Melilla que les haya reconocido la ayuda cualquier modificación de las condiciones o requisitos que motivaron tal reconocimiento. En el supuesto de que el órgano competente resuelva la modificación es causa de la pérdida sobrevenida del derecho a la ayuda, limitará en su resolución el plazo de concesión de la misma hasta la fecha en que se considere efectiva dicha pérdida. “

En cumplimiento de dichas normas, mediante Orden de la Consejería de Fomento, Infraestructuras, y Ordenación del Territorio de 8 de junio de 2020, se aprueban las bases reguladoras para la concesión de ayudas, para contribuir a minimizar el impacto económico y social del COVID-19 en los alquileres de la vivienda habitual.

En el apartado 4 del Cuadro resumen se establecen las personas o entidades que pueden solicitar la subvención. los requisitos que deben de reunirse y el periodo de mantenimiento:

4.a).1º. Podrán solicitar las subvenciones objeto de las presentes bases reguladoras las siguientes personas o entidades:

Podrán ser beneficiarias de las ayudas convocadas, las personas físicas que en su condición de arrendatarios de vivienda habitual, acrediten estar en situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida a consecuencia del COVID-19, definida en el artículo 5 del Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo, por el que se adoptan medidas urgentes complementar/as en el ámbito social y económico para hacer frente al COVlD-19, con las limitaciones del apartado 3 del mismo.

Se presentará una solicitud por vivienda habitual, con independencia del número de titulares del contrato de arrendamiento.

4.b) Periodo o periodos durante los que deben mantenerse los requisitos:

Periodo subvencionable, entendiéndose portal los seis meses de renta de alquiler que se subvencionan. Comprende seis meses completos y consecutivos. El mes de inicio es determinado por la persona solicitante, debiendo reunir los requisitos desde ese momento. El periodo podrá iniciarse entre abril y septiembre de 2020.

En consecuencia, tanto la normativa estatal, como la autonómica han establecido que la persona beneficiaria de la ayuda, y por tanto la solicitante, ha de encontrarse en situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida, debiendo comunicar cualquier modificación de las condiciones o requisitos que motivaron su otorgamiento disponiéndose, en las bases aprobadas por la Comunidad Autónoma, que el inicio del periodo subvencionable es determinado por la persona solicitante, debiendo reunir los requisitos desde ese momento

Mediante Orden de 29 de junio de 2020, de esta Consejería, se convocan para el ejercicio 2020, ayudas en concurrencia no competitiva, para contribuir a minimizar el impacto económico y social del COVID-19 en los alquileres de la vivienda habitual, estableciéndose en su dispositivo tercero, que reproduce lo establecido en el apartado 4 del cuadro resumen de las bases reguladoras, los requisitos que han de cumplir las personas beneficiarias, y contemplando el Anexo I: Formulario de solicitud y subsanación, en su Apartado 9 la declaración responsable que realiza la persona solicitante de cumplir en el momento de presentación de la solicitud los requisitos que se señalan y en concreto, respecto a la situación de vulnerabilidad, en su apartado 10.1.3 expresamente el solicitante declara el cumplimiento del requisito de encontrarse en situación de desempleo, estar incurso en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o haber reducido su jornada laboral.

De acuerdo con lo anterior, la regulación de la ayuda no ha contemplado la posibilidad de que cualquier persona que durante la tramitación del estado de alarma y hasta el 30 de septiembre se haya encontrado en alguna de las situaciones de vulnerabilidad previstas en el articulo 5 del Real Decreto-ley 11/2020, tenga derecho a percibir la ayuda, sino que ha establecido que para ser beneficiario de la ayuda la persona solicitante ha de encontrarse en situación, de vulnerabilidad económica y social sobrevenida en el momento de la solicitud, debiendo cumplir conjuntamente todos los requisitos establecidos y mantenerlos durante todo el periodo subvencionable.

En consecuencia para implementar la sugerencia de esa institución, habría que modificar tanto las Bases reguladoras, como la Orden de convocatoria, en el sentido de incluir, entre los posibles beneficiarios de la ayuda a las personas que no se encuentran en la situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida en el momento de presentar la solicitud. Así mismo habría que aprobarse un nuevo Formulario Anexo I de solicitud y subsanación en el que se incluyera dicha posibilidad en la declaración responsable de la persona solicitante.

Dicha modificación, que habría de tramitarse conforme al procedimiento establecido y previa publicación del nuevo texto modificado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, conllevaría además la necesidad de establecer un nuevo plazo de presentación de solicitudes, para que todas aquéllas personas que no hubieran solicitado la adjudicación de la ayuda por no cumplir los requisitos en los términos establecidos en la convocatoria, pudieran solicitarla.

Debiendo tenerse en cuenta, que el otorgamiento de las subvenciones ha de estar determinado por el cumplimiento de las condiciones exigidas por la norma correspondiente, pues de lo contrario resultaría arbitraria y atentatoria al principio de seguridad jurídica, se ha estimado que no procede modificar las normas reguladoras estando el procedimiento en tramite, pendiente de recaer resolución y ello porque cuanto menos, provocaría un retraso en la resolución de la convocatoria y en consecuencia en el abono de las ayudas que redundaría en perjuicio de todas aquéllas personas, terceros interesados de buena fe, que las han solicitado encontrándose en la situación de vulnerabilidad económica y social sobrevenida en cumplimiento de los requisitos previamente establecido, y que se mantienen en la misma.

Sugerencia 2: “De igual forma sugerimos que las Delegaciones Territoriales de la Consejería de Fomento, infraestructuras y Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio, deberán ponderar el grado de vulnerabilidad y resolver en su caso el importe exacto de la ayuda y/o mensualidades a las que debe atender que consideramos deberá ser proporcional al periodo en el que la persona solicitante estuvo en situación de vulnerabilidad sobrevenida acreditada documentalmente y siempre y cuando reúna todos y cada uno del resto de los requisitos exigidos en la normativa vigente. ".

La Consejería de Fomento. Infraestructuras y Ordenación del Territorio, en base a las especiales circunstancias sobrevenidas por la declaración del estado de alarma, ha determinado en la Orden de 8 de junio de 2020, por la que se aprueban las bases reguladoras para la concesión de ayudas, para contribuir a minimizar el impacto económico y social del COVID-19 en los alquileres de la vivienda habitual, que las ayudas se concederán en régimen de concurrencia no competitiva, previstas en el artículo 2 del Reglamento de los Procedimientos de Concesión de Subvenciones de la Administración de la Junta de Andalucía, aprobado por Decreto 282/2010, de 4 de mayo. Ello implica que las ayudas se conceden en atención a la existencia de una determinada situación en la persona beneficiaria sin que sea necesario establecer la comparación de las solicitud ni la prelación entre las mismas, siguiendo el orden de presentación de solicitudes. En consecuencia todas las personas que cumplan los requisitos establecidos podrán acceder a la ayuda. con el único limite del crédito disponible para ello.

Respecto al periodo subvencionable, cómo ya hemos indicado, comprende seis meses completos y consecutivos, determinando la persona solicitante el mes de inicio que se podrá iniciar entre abril y septiembre de 2020.

EI apartado 5 del cuadro resumen establece, que la cuantía máxima de la subvención son 900 euros al mes con un máximo seis mensualidades. La ayuda podrá tener un importe inferior al expresado en los apartados anteriores en caso de ser la última a abonar antes del agotamiento del crédito, o cuando se trate de compatibilizar con otras ayudas conforme a lo establecido en el dispositivo 7 de la Orden TMA 336/2020, de 9 de abril.

Por su parte, el apartado 20.a) del cuadro resumen establece que las circunstancias que como consecuencia de la alteración de las condiciones tenidas en cuenta para la concesión de la subvención pueden dar lugar a la modificación de la Resolución, son las siguientes:

- La disminución de la renta arrendaticia

- La falta de acreditación de requisitos conforme al apartado 14.7.

Dicho apartado, del citado cuadro resumen, expresamente señala:

14.7: La comprobación de esta documentación y la verificación de los requisitos que han de cumplir los beneficiarios podrá realizarse con posterioridad a la resolución de concesión de la ayuda, quedando esta condicionada al cumplimiento de las mismos. En el caso de detectarse incumplimiento, una vez concedida la ayuda, o realizado el pago total o parcial de la misma, se resolverá sobre su anulación o suspensión desde la fecha en la que se hubiere producido el incumplimiento y se solicitará, el reintegro o devolución que procediera conforme a la normativa de aplicación.

De acuerdo con lo anterior, si solicitada la ayuda por el periodo máximo establecido se modifican las circunstancias del solicitante y dejando de estar en situación de vulnerabilidad, económica y social sobrevenida definida en las bases, habrá de comunicarlo al órgano convocante, al objeto de que resuelva sobre su anulación o suspensión, siendo en consecuencia la ayuda proporcional al periodo en el que se estuvo en dicha situación.

No obstante. compartimos la inquietud de la institución y consideramos necesario, flexibilizar desde el inicio, esto es la normativa estatal, los requisitos para acceder a las ayudas dada la gran casuística y la enorme dificultad que supone reunir la documentación necesaria, más en situación económica débil por el motivo que sea, en este caso la crisis sanitaria y económica sobrevenida.

Seguimos profundizando en las sugerencias formuladas de cara al futuro así como de la nuevas propuestas legislativas que se emitan por parte del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, trasladando las dificultades en las correspondientes reuniones Bilaterales o Sectoriales de Vivienda.

Nos une un objetivo común, que es la ayuda a los colectivos más desfavorecidos para el acceso a la vivienda y es nuestro reto trabajar cada día mejor para lograrlo.»

En vista de cuanto antecede, la valoración que nos merece la respuesta recibida es la de discrepancia técnica con la resolución formulada porque, si bien no se atienden las recomendaciones efectuadas, se argumentan las razones para no hacerlo, por lo que procedemos al cierre del presente expediente de queja de oficio.

 

 

Queja número 21/5972

La persona reclamante nos trasladaba que a pesar de múltiples gestiones efectuadas con Emvisesa, desde el mes de julio de 2021 no funcionaba el aire acondicionado en su vivienda debido, según parecía, a una fuga en la preinstalación. Afirmaba que el 21 de julio remitió un correo electrónico a Emvisesa avisando de la avería y, ante la falta de respuesta, el 2 de agosto presentó nuevo escrito solicitando la reparación. Refería que en días posteriores recibió llamadas y visitas a su domicilio de varios técnicos diferentes, si bien el problema aún no se había arreglado, por lo que había pasado todo el verano sin poder hacer uso del aire acondicionado, por lo que con fecha de 27 de agosto presentó un nuevo escrito.

Admitida la queja a trámite solicitamos información a la Empresa Municipal de Vivienda, Suelo y Equipamiento de Sevilla, S.A. (Emvisesa), en cuya respuesta nos indicó que desde que se recibió el correo electrónico de la inquilina el 21 de julio de 2021, por Emvisesa se habían llevado a cabo todas las actuaciones necesarias para solventar los problemas de la instalación de aire acondicionado, a cuyo efecto se hubo de iniciar el correspondiente expediente de contratación de empresa especializada para proceder a la reparación. Personándose la entidad adjudicataria en el domicilio, los trabajos se terminaron de realizar finalmente el día 30 de septiembre de 2021, quedando la incidencia en la instalación de aire acondicionado resuelta.

Si bien, en la medida en que para reparar la referida instalación hubieron de abrirse paramentos, lo único que quedó pendiente fue la pintura de los mismos, por no disponer en aquel momento de la pintura concreta que requería la inquilina. En ese sentido, el 27 de octubre de 2021 la reclamante indicó a la entidad adjudicataria el establecimiento en el que se podía adquirir la pintura, por lo que en los próximos días se podría dar por cerrado este asunto al que sólo le quedaba esta ultima actuación residual.

En visa de lo anterior, puesto que el asunto planteado se encontraba solucionado, dimos por concluidas nuestras actuaciones.

Queja número 21/2779

La persona promotora de la queja exponía que con fecha 20 de julio de 2020 se dirigió al Ayuntamiento de Córdoba denunciando que, a pesar de los años de existencia del carril-bici, la mayoría de los patines y bicicletas circulaban a gran velocidad por jardines y aceras, en lugar de por dicho carril, por lo que, entendía, se debería sancionar a este tipo de transporte, como se hace con los coches, sin haber obtenido respuesta municipal.

Admitida a trámite la queja únicamente a los efectos de que la Administración diera una respuesta expresa al escrito presentado, es decir, sin entrar en el fondo de las cuestiones planteadas en el mismo, y dando cumplimiento a lo preceptuado en el art. 17.2, inciso final, de la Ley 9/1983, de 1 de Diciembre, del Defensor del Pueblo Andaluz, interesamos del citado Ayuntamiento la necesidad de resolver expresamente, sin más dilaciones, dicho escrito, informándonos al respecto.

En la respuesta emitida por la Jefatura de la Policía Local se informaba que desde la misma se habían impartido instrucciones para que se denunciaran las infracciones que los agentes observaran y que la Subinspección adscrita a la Intendencia de Medio Ambiente y Tráfico diariamente programaba a la Unidad Ciclista de la Jefatura la vigilancia de zonas verdes y peatonales a fin de evitar lo denunciando por la persona reclamante. Del mismo modo, el resto de patrullas y especialmente las pertenecientes a la Policía de Barrio, también tenían encomendado de forma general el control y la vigilancia de este tipo de infracciones.

También se adjuntaba copia del escrito que, en el mismo sentido, habían dirigido a la persona promotora de la queja. En vista de ello, considerando que el asunto planteado se encontraba en vías de solución, dimos por concluidas nuestras actuaciones.

Queja número 21/2268

La persona interesada exponía que solicitó la ayuda para el alquiler, conforme a la Orden de 30 de octubre de 2018, por la que se convocan, para el ejercicio 2018, ayudas, en régimen de concurrencia no competitiva, para el alquiler de vivienda habitual a personas en situación de especial vulnerabilidad, con ingresos limitados y a jóvenes en la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Su solicitud fue aprobada, si bien sólo se le ha abonado la subvención correspondiente a la anualidad 2018, estando aún pendiente de recibir las siguientes, tras haber cumplido en tiempo y forma con la justificación del pago de la renta del alquiler y, según refería, en la Delegación Territorial de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio en Sevilla le habían indicado que no podían precisarle cuando se le pagaría.

Admitida la queja a trámite solicitamos información a la citada Delegación Territorial, respondiéndonos que la Viceconsejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio ya se había ordenado el pago de lo pendiente a abonar y, con ello, quedaría la ayuda pagada en su totalidad.

En vista de que el asunto planteado se encontraba solucionado, dimos por concluidas nuestras actuaciones.

Queja número 20/6486

La persona afectada exponía que con fecha 14 de junio de 2019 se dirigió al Ayuntamiento de Los Barrios planteando un problema de inseguridad vial, relativo a un parque infantil situado en la calle ..., sin que hubiera recibido respuesta alguna.

En un escrito posterior nos indicaba que el 7 de enero de 2020 presentó instancia genérica en ese Ayuntamiento, dirigida al Área de Tráfico, Urbanismo y Servicios, sobre la peligrosidad que suponía el paso o cruce de un lado o de esquina Plaza ... a calle … ya que los coches que se aproximaban de la calle ... no tenían visibilidad suficiente, como tampoco los ciudadanos que se disponían a cruzar, entrañando un posible riesgo para la seguridad vial y ciudadana. Y solicitaba la colocación de un espejo convexo en la esquina del edificio ... para prevenir de posibles accidentes y reducir riesgos mejorando la visibilidad del lugar.

Admitida la queja a trámite, únicamente a los efectos de que por la Administración se diera una respuesta expresa al escrito presentado, es decir, sin entrar en el fondo de las cuestiones planteadas en el escrito presentado nos dirigimos al citado Ayuntamiento interesando la necesidad de resolver expresamente, sin más dilaciones el mismo, informándonos al respecto.

En la respuesta municipal se informaba que la consecución del objetivo de la seguridad vial suponía la disposición anticipada de las personas y los medios materiales para disminuir en lo posible, las causas y efectos del riesgo de impactos, atropellos y salidas de la vía en el funcionamiento del sistema de tránsito. Manifestaban que la producción normativa a través de determinaciones técnicas sobre señalización, trazado, balizamiento etc. como elementos de salvaguarda de integridad física de las personas en la red de carreteras así como en todo tipo de vías y junto con ello, los sistemas de autoridad eficaces, constituían un elemento fundamental de las políticas de seguridad vial. Por ello, en cuanto tuvieran la oportunidad y conveniencia en la actuación, ésta se llevaría acabo si así lo indicasen los informes de los técnicos municipales.

En vista de ello, nos dirigimos nuevamente al Ayuntamiento de Los Barrios interesando que nos mantuviera informados sobre la ejecución y plazos de la actuación solicitada.

En la respuesta emitida se manifestaba que dado que las Administraciones Públicas están obligadas a licitar la adquisición de cualquier material a tenor de lo dispuesto en la Ley de Contratos públicos, Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público, por la que se transponen al ordenamiento jurídico español las Directivas del Parlamento Europeo y del Consejo 2014/23/UE y 2014/24/UE, de 26 de febrero de 2014, por Decreto nº 864 de 20 de mayo de 2021 se adjudicó el lote 10 "Señales de Tráfico" del Contrato de Suministro de materiales diversos para las instalaciones del Ayuntamiento de Los Barrios (Cádiz), por lotes, expediente 54/20 y notificado a la empresa adjudicataria, en fecha 26 de mayo de 2021.

Por ello, cuando se efectuaran los suministros por parte de la empresa adjudicataria, éstos se irían colocando en función de la urgencia a cubrir y de los medios propios para su instalación. En cuanto se tuviera la oportunidad y conveniencia en la actuación, ésta se llevaría a cabo si así lo indicasen los informes de los técnicos municipales.

En vista de esta información, considerando que el asunto planteado se encontraba en vías de solución, dimos por concluidas nuestras actuaciones indicando a la persona afectada que si una vez transcurrido un tiempo prudencial, el Ayuntamiento no realizara actuaciones, volviera a contactar con nosotros para valorar nuestra intervención.

Resolución del Defensor del Pueblo Andaluz formulada en la queja 20/4697 dirigida a Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache (Sevilla)

Ver asunto solucionado o en vías de solución

Con base en el informe recibido, la documentación que obra en la queja y la normativa que resulta de aplicación al presente caso, esta Institución en virtud del artículo 29 de la Ley 9/1983, de 1 de diciembre, del Defensor del Pueblo Andaluz, formula Resolución al Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache en el sentido de que se adopten todas las medidas necesarias, hasta el máximo de sus recursos disponibles, para satisfacer el derecho a la vivienda de la familia afectada.

ANTECEDENTES

1.- La interesada presentó comunicación en esta Institución manifestando que se enfrentaba al desahucio de la vivienda en la que residía sin título habilitante. Nos relataba que era madre soltera de dos niñas de cuatro y once años y que, al quedarse sin empleo y no disponer de ningún tipo de recursos económicos, ocupó una vivienda de una entidad bancaria. Refiere que estuvo negociando con dicha entidad el acceso a un alquiler social, si bien finalmente vendieron la vivienda a otra empresa que instó un procedimiento judicial de desahucio.

Nos contaba que tanto su abogada como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca estaban intentando llegar a un acuerdo con la propiedad para evitar el lanzamiento, que hasta el momento no había tenido éxito. Por parte del Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache la estaban atendiendo desde la Oficina Municipal de la Vivienda y los servicios sociales comunitarios, los cuales habían emitido informe de familia en situación o riesgo de exclusión social.

2.- Estudiada dicha comunicación, procedimos a admitirla a trámite como queja y a solicitar con fecha 21 de agosto informe al Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache sobre las ayudas y recursos públicos a los que la interesada pudiera acceder para satisfacer la necesidad de vivienda de su familia, así como las intervenciones de carácter social que se hubiesen efectuado con esta unidad familiar hasta la fecha. Asimismo, preguntábamos si disponían de recursos de alojamiento de emergencia para el caso de que finalmente se produjese el lanzamiento.

3.- Mediante oficio que tuvo registro de entrada el 5 de octubre, el Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache nos remitía informe de los servicios sociales comunitarios detallando la atención social que se estaba prestando a la interesada desde la apertura de expediente en el mes de enero de 2020, al acudir a los servicios sociales del Ayuntamiento procedente de otra localidad.

En primer lugar se le gestionó el abastecimiento de agua y se le facilitaron sucesivas ayudas económicas para la adquisición de productos básicos. Asimismo, se le informó del bono social para el suministro eléctrico y de las bonificaciones tarifarias del abastecimiento de agua y se le tramitó la Renta Mínima de Inserción Social de Andalucía por la vía de emergencia.

En cuanto a su situación habitacional, se le había derivado a la Oficina Municipal de la Vivienda para asesoramiento e inscripción en el Registro Municipal de Demandantes de Vivienda Protegida y se elaboró un informe social de vulnerabilidad con el objeto de paralizar el posible desahucio. Se indicaba que se tenía conocimiento de que desde la Delegación de la Vivienda se habían realizado gestiones con el objeto de alcanzar acuerdos sobre esta problemática.

Por último, se comunicaba lo siguiente:

«El Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache no cuenta con recursos de alojamientos alternativos propios para este tipo de situaciones. Los recursos que se ponen al servicio de los ciudadanos con problemáticas habitacionales (que en nuestro municipio representan un altísimo porcentaje de su población) van desde la propia Oficina de la Vivienda (asesoramiento, gestiones directas con propietarios para acuerdos del tipo de alquiler social, etc.) a los recursos de los Servicios Sociales (ayudas para el pago de un alquiler, de abastecimientos, tramitaciones de ayudas autonómicas y/o estatales, ayudas en Productos Básicos de primera necesidad, etc.).»

4.- Examinada dicha información, con fecha 16 de octubre solicitamos al Ayuntamiento un nuevo informe a fin de que se nos informase más detalladamente sobre las actuaciones que se estuviesen realizando por la Oficina Municipal de la Vivienda.

La petición de ese informe no fue atendida, por lo que nos vimos obligados a reiterar en dos ocasiones dicha petición con fechas 27 de noviembre y 5 de febrero. En esta última ocasión, trasladábamos al Ayuntamiento que la interesada nos había comunicado que el lanzamiento estaba (en aquel momento) previsto para el 23 de febrero de 2021.

5.- El día 11 de febrero de 2021 la interesada se ha puesto de nuevo en contacto con esta Institución, informando que su abogada de oficio había solicitado al juzgado la aplicación de la suspensión extraordinaria del desahucio, en aplicación del Real Decreto-ley 37/2020, de 22 de diciembre, de medidas urgentes para hacer frente a las situaciones de vulnerabilidad social y económica en el ámbito de la vivienda y en materia de transportes, hasta que la familia pueda disponer de una alternativa habitacional.

Asimismo, nos traslada que actualmente sus únicos ingresos se limitan a 346 euros mensuales del Ingreso Mínimo Vital, por lo que le es imposible acceder a una vivienda de alquiler, ni tampoco dispone de la posibilidad de ser acogida en la vivienda de algún familiar. Manifiesta por ello su desesperación por no tener un lugar para vivir con sus dos hijas cuando se consume el lanzamiento.

6.- El día 15 de febrero de 2021 la interesada nos ha comunicado que el Juzgado de Primera Instancia nº 14 de Sevilla ha acordado mediante auto nº 1321/2021, de 12 de febrero, la suspensión del procedimiento. Así, en el Fundamento de Derecho Segundo se dispone lo siguiente:

«(...) Procede, en consecuencia, decretar la suspensión del procedimiento por el tiempo que reste hasta la finalización del estado de alarma. Durante el plazo máximo de suspensión fijado, las administraciones públicas competentes deberán adoptar las medidas adecuadas para satisfacer la necesidad habitacional de la interesada.»

En base a los referidos antecedentes, conviene realizar a la Administración actuante las siguientes

CONSIDERACIONES

Primera.- Sobre la obligación de colaborar con el Defensor del Pueblo Andaluz.

El silencio de ese organismo supone un incumplimiento del deber legal de colaborar con esta Institución en sus investigaciones e inspecciones, establecido en el artículo 19.1 de la Ley 9/1983, de 1 de Diciembre, del Defensor del Pueblo Andaluz, lo que ha provocado un retraso innecesario y perjudicial en la tramitación del expediente a lo que se suma la dificultad para evaluar con mayor detalle los motivos de la queja.

Segunda.- Sobre el derecho a la vivienda.

Nuestro ordenamiento constitucional y estatutario ha consagrado el derecho a una vivienda digna y adecuada. Así, el artículo 47 de la Constitución española establece:

«Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.»

Por su parte, nuestro Estatuto de Autonomía dedica su artículo 25 al derecho a la vivienda en Andalucía, poniendo el mismo en relación con el derecho constitucional a una vivienda digna y adecuada, y mandatando a los poderes públicos para que lleven a cabo la promoción pública de la vivienda. Además remite a la Ley para la regulación del acceso a la misma en condiciones de igualdad, así como de las ayudas que lo faciliten.

En desarrollo de esta previsión constitucional y estatutaria, la Ley 1/2010, de 8 de marzo, del Reguladora del Derecho a la Vivienda en Andalucía, en su artículo 1, establece que la misma tiene por objeto garantizar el derecho a una vivienda digna y adecuada, del que son titulares las personas físicas con vecindad administrativa en la Comunidad Autónoma de Andalucía en las condiciones establecidas en la misma.

En el marco de las citadas condiciones, la ley regula un conjunto de facultades y deberes que integran este derecho, así como las actuaciones necesarias que para hacerlo efectivo corresponden a las administraciones públicas andaluzas y a las entidades públicas y privadas que actúan en el ámbito sectorial de la vivienda.

A estos efectos, la Administración de la Junta de Andalucía y las administraciones locales, en el marco del principio de subsidiariedad, dentro de los ámbitos competenciales correspondientes determinados en el Estatuto de Autonomía para Andalucía y demás legislación aplicable, promoverán el acceso a una vivienda digna y adecuada a través de una política de actuaciones en materia de vivienda protegida y suelo y de apoyo a la conservación, mantenimiento, rehabilitación y calidad del parque de viviendas existente.

Asimismo, el artículo 20.1 de la Ley 1/2010 dispone que “Las Administraciones Públicas Andaluzas favorecerán el alojamiento transitorio de las personas físicas con riesgo de exclusión social y vecindad administrativa en la Comunidad Autónoma de Andalucía, que no puedan acceder a una vivienda protegida y respecto de las cuales quede acreditada su necesidad habitacional a través de los servicios sociales de los Ayuntamientos de los municipios en los que residan”.

Así pues, en el ámbito territorial andaluz, la Administración de la Junta de Andalucía y las Administraciones Locales deben favorecer el ejercicio del derecho a la vivienda mediante una política de actuaciones en materia de vivienda protegida y suelo y de apoyo a la conservación, mantenimiento, rehabilitación y calidad del parque de viviendas existente.

Tercera.- Sobre la jurisprudencia de organismos internacionales en relación con la ejecución de desahucios sin alternativa habitacional.

La ubicación sistemática del artículo 47 de la Constitución española en el capítulo dedicado a los principios rectores de la política social y económica trae como consecuencia que el reconocimiento, el respeto y la protección del derecho a una vivienda digna ha de informar la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes públicos, y que, de acuerdo con el artículo 53 de la Constitución española, este derecho sólo podrá ser alegado ante la jurisdicción ordinaria de acuerdo con lo que dispongan las leyes que lo desarrollen.

Ahora bien, el artículo 10.2 de la Constitución española dispone que las normas relativas a los derechos fundamentales y las libertades públicas reconocidas en la propia Constitución se han de interpretar de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales ratificados por España.

Por ello, interesa hacer una breve compilación de lo que disponen los instrumentos y organismos de Derecho Internacional de Derechos Humanos respecto al derecho a la vivienda y a la cuestión concreta que nos ocupa, esto es, la ejecución de desahucios sin alternativa habitacional.

El artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure así misma y a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.

En el mismo sentido, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) reconoce en su artículo 11.1 el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado, incluidas una alimentación, vestido y vivienda adecuadas, y a una mejora continua de las condiciones de existencia.

El Comité de Derechos Sociales, Económicos y Culturales (Comité DESC), órgano técnico para supervisar la aplicación del referido PIDESC por los Estados, en su Observación General nº 7 (16º período de sesiones, 1997), se preocupó de una de las cuestiones más decisivas con respecto a la vivienda, esto es, determinar las circunstancias en que son admisibles los desalojos forzosos y enunciar las modalidades de protección que se necesitan para garantizar el respeto de las disposiciones pertinentes del Pacto.

Algunas de las reglas específicas que plantea esta Observación General nº 7 frente a un desalojo se refieren a la efectiva puesta a disposición de las personas afectadas de todos los recursos jurídicos adecuados, a la adopción de medidas para impedir toda forma de discriminación resultante del desalojo, a la protección de los grupos más vulnerables como mujeres, niños o ancianos, al respeto a los principios de razón y proporcionalidad y, por supuesto, a las adecuadas garantías procesales.

Resulta especialmente importante, en lo que respecta a esta Resolución, la regla contenida en el párrafo 17 de la citada Observación General:

«Los desalojos no deberían dar lugar a que haya personas que se queden sin vivienda o expuestas a violaciones de otros derechos humanos. Cuando los afectados por el desalojo no dispongan de recursos, el Estado Parte deberá adoptar todas las medidas necesarias, en la mayor medida que permitan sus recursos, para que se proporcione otra vivienda, reasentamiento o acceso a tierras productivas, según proceda».

La ratificación por España del Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en 2010 supuso el reconocimiento de la competencia del Comité DESC para examinar comunicaciones presentadas por personas o grupos de personas bajo jurisdicción española que aleguen ser víctimas de una violación por parte de España de alguno de los derechos enunciados en el PIDESC.

Amparado por esta potestad y de acuerdo con los criterios reflejados en la Observación General nº 4 relativa al derecho a la vivienda y la citada Observación General nº 7 relativa a desalojos forzosos, el Comité DESC ha solicitado la suspensión de lanzamientos en procedimientos de desahucio (como medidas provisionales mientras el Comité examina una comunicación o en el dictamen final) en los que una alternativa habitacional adecuada no estaba garantizada, recordando que, cuando los afectados no dispongan de recursos suficientes, el Estado debe adoptar todas las medidas necesarias hasta el máximo de sus recursos disponibles para que se les proporcione otra vivienda.

Por su importancia para determinar las garantías y el alcance del derecho a una vivienda adecuada en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y en particular en el PIDESC, hemos de citar el Dictamen del Comité CESC dictado el 20 de junio de 2017 en la Comunicación Nº 5/2015 relativa al caso Ben Djazia et al. (también conocido como M.B.D. c. España):

«15.2. En particular, los desalojos no deberían dar lugar a que los afectados queden sin vivienda. Por tanto, si no disponen de recursos para una vivienda alternativa, los Estados partes deberán adoptar todas las medidas necesarias para que en lo posible se les proporcione otra vivienda, reasentamiento o acceso a tierras productivas, según proceda. Los Estados partes deben prestar especial atención a los casos en que los desalojos afecten a mujeres, niños, personas mayores, personas con discapacidad, así como a otros individuos o grupos que sufran discriminación sistémica o estén en una situación de vulnerabilidad. El Estado parte tiene el deber de adoptar medidas razonables para proveer vivienda alternativa a las personas que puedan quedar sin techo como consecuencia de un desalojo, independientemente de si tal desalojo ocurre a instancia de las autoridades del Estado parte o de particulares, como el arrendado.

15.3. La obligación de proveer una vivienda alternativa a los desalojados que la requieran implica que, conforme al artículo 2, párr. 1, del Pacto, los Estados partes tomen todas las medidas necesarias, hasta el máximo de sus recursos disponibles, para satisfacer este derecho. Los Estados partes pueden optar por políticas muy diversas para lograr ese propósito, incluyendo la creación de subsidios de vivienda para quienes no pueden costearse una. Sin embargo, cualquier medida adoptada debe ser deliberada, concreta y orientada lo más claramente posible hacia el cumplimiento de este derecho, de la forma más expedita y eficaz posible. Las políticas de vivienda alternativa en el caso de desalojos deben ser proporcionales a la necesidad de las personas afectadas y la urgencia de la situación, así como respetar la dignidad de la persona. Además, los Estados partes deben tomar medidas, de forma coherente y coordinada, para resolver fallas institucionales y causas estructurales de la falta de vivienda.»

En este caso particular, el Comité consideró que el hecho de que desalojo se llevara a cabo sin que existiera una confirmación de la disponibilidad de vivienda alternativa constituyó una violación del derecho de los autores a una vivienda adecuada, dado que el Estado no demostró haber realizado todos los esfuerzos posibles utilizando todos los recursos a su disposición con este fin. Por ello, el Comité recordó que el Estado parte tiene la obligación de prevenir violaciones similares en el futuro y formuló una serie de recomendaciones al Estado, entre las que se encuentra la siguiente:

«Adoptar medidas necesarias para asegurarse de que los desalojos que afecten a personas sin recursos para procurarse una vivienda alternativa, sólo se ejecuten después de que haya habido una consulta genuina y efectiva con estas personas y de que el Estado parte haya realizado todos los pasos indispensables, hasta el máximo de sus recursos disponibles, para que las personas desalojadas tengan una vivienda alternativa, en especial en aquellos casos que involucran a familias, personas mayores, niños/as y/o otras personas en situación de vulnerabilidad.»

En definitiva, el Comité de Derechos Sociales, Económicos y Culturales ha interpretado que el derecho a la vivienda prohíbe a los Estados realizar desalojos forzosos que dejen a personas sin alternativa habitacional.

La interpretación del derecho a la vivienda que ha hecho este Comité ha sido respaldada por diversos órganos del Sistema de Naciones Unidas. Por ejemplo, la Comisión de Derechos Humanos, órgano dependiente del Consejo Económico y Social, que ha dictado resoluciones sobre desalojos forzosos entre 1993 y 2004, las cuales han sido asumidas además por el Consejo de Derechos Humanos, órgano que le ha sustituido.

Asimismo, el Comité de Derechos Sociales, Económicos y Culturales ha destacado la interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos, de manera que un desalojo forzoso sin alternativa habitacional no solo produce una vulneración del derecho a la vivienda, sino que afecta directamente a otros derechos humanos que tienen su fundamento en la vivienda, como el derecho a la vida e integridad física o el derecho a la vida privada y familiar.

En el ámbito europeo, la Carta Social Europea efectúa en su artículo 16 una referencia expresa a la protección económica, social y jurídica de la familia. En cuanto al derecho a la vivienda, este artículo solo alude a la necesidad de que los Estados parte apoyen la construcción de viviendas adaptadas a las necesidades de las familias.

Ahora bien, el Comité Europeo de Derechos Sociales, como órgano que tiene la facultad de interpretar la Carta Social Europea, ha declarado expresamente como vulneración de la misma los desalojos forzosos que dejen a personas sin hogar, de forma similar a la interpretación del PIDESC que realiza el Comité DESC.

Aunque las decisiones de estos Comités no tienen carácter vinculante, debe considerarse que el cumplimiento de buena fe de un Tratado por un Estado firmante debe obligarle a no apartarse de la doctrina de su Comité sin una justificación razonable.

Por su parte, aunque el derecho a la vivienda no se contempla específicamente en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), cuyas sentencias sí tienen fuerza de cosa juzgada para los Estados, ha tenido la oportunidad de pronunciarse en el sentido de que la privación de la vivienda, aún sin considerar el título que se ostenta para su utilización, puede suponer la vulneración de otros derechos protegidos por el Convenio, como los artículos 3 (prohibición de los tratos inhumanos o degradantes) y 8 (respeto de la vida privada y familiar, del domicilio y de la correspondencia).

Así por ejemplo, en el caso de Cessay Cessay y otros contra España (demanda 62688/13), la Sección Tercera del Tribunal Europeo de Derechos Humanos suspendió la ejecución del lanzamiento de la vivienda hasta tanto el Estado español le informase de forma fehaciente y detallada de las medidas relacionadas con el alojamiento (alternativa habitacional) y con la asistencia social que se va a prestar a la persona que va a sufrir un desalojo forzoso, con especial énfasis en la situación en que pueden quedar los niños que sufren el referido desalojo forzoso. De forma similar actuó en el Caso Mohamed Raji contra España y caso A.M.B. y otros contra España.

Asimismo, en las sentencias de 24 de abril de 2012 (Caso Yordanova y otros contra Bulgaria) y de 17 de octubre de 2013 (Caso Winterstein y otros contra Francia), el TEDH declaró que cualquier persona en riesgo de sufrir la pérdida del hogar familiar debe tener la garantía de que la medida sea proporcionada y razonable, y que esa proporcionalidad y razonabilidad será valorada por un tribunal atendiendo a todos los factores involucrados de carácter social y personal.

Cuarta.- Sobre la jurisprudencia española en relación con la ejecución de desahucios sin alternativa habitacional.

El Tribunal Supremo ha sentado en los últimos años jurisprudencia en relación con la necesidad de que el órgano judicial al que se solicita la autorización de entrada en domicilio para proceder al desalojo forzoso de una vivienda ocupada ilegalmente en la que habitan menores de edad pondere las circunstancias del caso antes de autorizar dicha entrada en domicilio.

En este sentido, la sentencia de 23 de noviembre de 2017 de la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo revocó una sentencia de Tribunal Superior de Justicia de Madrid que autorizaba el desalojo de una vivienda de titularidad pública ocupada sin título por una familia con tres menores. En dicha sentencia, el Tribunal Supremo se amparó en la Ley de Protección jurídica del Menor, en la Convención de los Derechos del Niño y en la Constitución para determinar que, antes de autorizar el desalojo de una casa, el juez tiene que «asegurar y garantizar una protección integral y efectiva de los derechos e intereses de los menores».

Dicha sentencia consideró, en su fundamento de derecho segundo, que:

«1) Resulta incompatible con la debida protección jurídica de los derechos e intereses de los menores de edad, tal como se reconoce en los artículos 11 y 12 de la Ley orgánica 1/1996, de 15 de marzo, de Protección Jurídica del Menor, y en el artículo 27 de la Convención sobre los Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989, en relación con las garantías establecidas en los artículos 18.2 y 24 de la Constitución, una resolución del juzgado de lo contencioso-administrativo de autorización de entrada en el domicilio (de conformidad con la potestad que le confiere el artículo 8.6 de la Ley reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa) que no esté suficientemente motivada, en la medida que resulta exigible que el juez de lo contencioso administrativo pondere la situación personal, social y familiar particular de los menores de edad que pueden verse afectados por la ejecución de la orden de desalojo.

2) Resulta incompatible con la debida protección jurídica de los derechos e intereses de los menores de edad, tal como se reconoce en los artículo 11 y 12 de la Ley orgánica 1/1996, de 15 de marzo, de Protección Jurídica del Menor, y en el artículo 27 de la Convención sobre los Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989, en relación con la garantía de inviolabilidad del domicilio del artículo 18.2 de la Constitución, una resolución del juzgado de lo contencioso-administrativo de autorización de entrada en domicilio que no contenga un juicio acerca de la aplicación del principio de proporcionalidad, que se efectúe teniendo en cuenta los datos y elementos disponibles sobre la afectación de los derechos e intereses de los menores de edad que la decisión judicial comporta.»

Recientemente, el Tribunal Supremo, en la sentencia nº 1.581/2020, de 23 de noviembre de 2020, de la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, ha confirmado la doctrina sentada en la referida sentencia de 23 de noviembre de 2017 y da un paso más respecto al alcance de la ponderación de todos los derechos e intereses concurrentes en un determinado caso que debe realizar el órgano judicial, singularmente en aquellos casos en que la vivienda es ocupada ilegalmente por personas especialmente vulnerables. Por su importancia para la presente Resolución, reproducimos parte del apartado III de su quinto fundamento de derecho:

«(...) el juez no puede, so pretexto de cumplir con la exigencia de ponderación de los intereses concurrentes, paralizar indefinidamente un desalojo forzoso que trae causa de un acto administrativo firme, aparentemente legal, porque estaría permitiendo -y hasta posibilitando, de hecho- la permanencia y consolidación de una situación de ilegalidad, consecuencia que no se acomoda a los postulados constitucionales, que es expresamente rechazada por el legislador (tal como antes apuntamos al referirnos a la Ley 5/2018 y a la STC 32/2019) y que perjudicaría tanto al interés general como a los particulares intereses de propietarios y, en su caso, de los legítimos poseedores de las viviendas ocupadas y, muy especialmente, a los intereses de aquellas otras personas que, encontrándose también en situación de vulnerabilidad y en riesgo de exclusión social, económica y residencial, optan por mantenerse dentro de la legalidad y solicitar la adjudicación de esas viviendas por las vías establecidas.

(…) Conviene, por tanto, remarcar que el hecho de que en la vivienda que hubiere de ser desalojada forzosamente habitaren personas especialmente vulnerables como las referidas no constituye un impedimento absoluto para que pueda ser autorizada la entrada en el domicilio. Pero también que, en tal caso y de acuerdo con lo dicho, el juez habrá de comprobar, antes de autorizar la entrada en domicilio para el desalojo forzoso, que la Administración ha previsto la adopción de las medidas precautorias adecuadas y suficientes para que el desalojo cause el menor impacto posible a aquellos ocupantes que se encontraren en situación de especial vulnerabilidad.

(...) sin que el juez pueda imponer la adopción de una concreta medida como condición para autorizar el lanzamiento, ni -mucho menos aun- imponer a la Administración la asignación a los ocupantes ilegales de una vivienda de determinadas características o que se encuentre en determinado entorno.

Pero, eso sí, el juez debe comprobar que la Administración adopta realmente las medidas de protección suficientes para no dejar desamparadas a las personas especialmente vulnerables que vayan a ser desalojadas forzosamente de la vivienda que ilegalmente ocupaban. Esta comprobación adquiere singular importancia cuando entre los ocupantes ilegales de la vivienda haya menores de edad, dado que la normativa nacional e internacional obliga a tomar en consideración el interés superior del menor. (...)»

El propio Tribunal Supremo recoge que esta necesidad de ponderación de todos los derechos e intereses concurrentes en el caso aparece corroborada en la doctrina del Tribunal Constitucional. A tal efecto, cabe citar la STC 188/2013, de 4 de noviembre, también referida a una orden de desalojo de una vivienda en la que habitaban menores de edad, en la que –con cita de otras anteriores en el mismo sentido, singularmente de la STC 139/2004, de 13 de septiembre- se establecía: “En definitiva, ha de concluirse que, desde la perspectiva constitucional, la resolución judicial por la que se autoriza la entrada en un domicilio se encontrará debidamente motivada y, consecuentemente, cumplirá la función de garantía de la inviolabilidad del domicilio que le corresponde, si a través de ella puede comprobarse que se ha autorizado la entrada tras efectuar una ponderación de los distintos derechos e intereses que pueden verse afectados y adoptando las cautelas precisas para que la limitación del derecho fundamental que la misma implica se efectúe del modo menos restrictivo posible”.

Igualmente esta doctrina está presente en la STC 32/2019, de 28 de febrero, que confirmó la constitucionalidad de la Ley 5/2018, de 11 de junio, relativa a la ocupación ilegal de viviendas.

Quinta.- Sobre la suspensión de los desahucios de personas vulnerables hasta el fin del estado de alarma el 9 de mayo de 2021.

La letrada de la interesada ha solicitado la suspensión extraordinaria del lanzamiento, en virtud del reciente Real Decreto-ley 37/2020, de 22 de diciembre, de medidas urgentes para hacer frente a las situaciones de vulnerabilidad social y económica en el ámbito de la vivienda y en materia de transportes, ha prorrogado y modificado algunas medidas para evitar desahucios de personas vulnerables.

El artículo 1 de esta disposición modifica el Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo, introduciendo un artículo 1 bis que establece la posibilidad de suspensión durante el estado de alarma del procedimiento de desahucio y de los lanzamientos de personas económicamente vulnerables sin alternativa habitacional en todos los juicios verbales en los que se sustancien las demandas a las que se refieren los apartados 2.º, 4.º y 7.º del artículo 250.1 de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.

En caso de cumplir los requisitos para la aplicación de este artículo, el letrado de la Administración de Justicia dará traslado a la parte demandante y solicitará a los servicios sociales informe, que deberá ser emitido en el plazo máximo de quince días, en el que se valore la situación de vulnerabilidad de la personas afectadas y se identifiquen las medidas a aplicar por la administración competente.

Acreditada la situación de vulnerabilidad y ponderadas por el Juez todas las demás circunstancias concurrentes, este dictará auto acordando, en su caso, la suspensión por el tiempo que reste hasta la finalización del estado de alarma. Durante el plazo máximo de suspensión fijado, las administraciones públicas competentes deberán, caso de quedar constatada la vulnerabilidad económica, adoptar las medidas indicadas en el informe de servicios sociales u otras que consideren adecuadas para satisfacer la necesidad habitacional de la persona en situación de vulnerabilidad que garanticen su acceso a una vivienda digna.

Sexta.- Sobre las competencias municipales en la adjudicación de viviendas y la protección de personas en situación de vulnerabilidad social frente a la pérdida de vivienda.

Tanto si se aplica la suspensión extraordinaria del desahucio como si no, ya hemos expuesto la necesidad de que no se lleve a cabo el lanzamiento de una familia vulnerable sin que se disponga de una alternativa habitacional. En cualquiera de los casos, para que exista esa alternativa habitacional es fundamental la intervención de los ayuntamientos, pues se trata de la Administración pública titular de la competencia de adjudicación de viviendas protegidas a través del Registro Público Municipal de Demandantes de Vivienda Protegida y que, a su vez, puede adjudicar viviendas excepcionando el régimen general de adjudicación, para familias en situación o riesgo de exclusión social, cuando la urgencia de la situación lo requiera; y asimismo ostenta la competencia en materia de servicios sociales.

En efecto, la adjudicación de viviendas protegidas en Andalucía se debe llevar a cabo a través del correspondiente Registro Público Municipal de Demandantes de Vivienda Protegida, conforme a lo establecido en el Decreto 149/2006, de 25 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Viviendas Protegidas de la Comunidad Autónoma de Andalucía y se desarrollan determinadas Disposiciones de la Ley 13/2005, de 11 de noviembre, de medidas en materia de Vivienda Protegida y el Suelo.

No obstante, en el artículo 13 se establecen determinadas excepciones a esta regla general, como que los servicios sociales municipales justifiquen que una unidad familiar se encuentra en riesgo de exclusión social y, en consecuencia, la urgente necesidad de adjudicarles una vivienda.

Por otro lado, la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía, establece en su artículo 28 entre las funciones de los servicios sociales comunitarios:

«(...) 4.ª La identificación e intervención en situaciones de exclusión social o riesgo de estarlo, situaciones de violencia de género, situaciones de violencia intergeneracionales y de iguales, dependencia y desprotección de personas en situación de vulnerabilidad social.

(…) 6.ª La atención a situaciones de urgencia o emergencia social.

(…) 15.ª La coordinación con los servicios públicos de vivienda mediante el establecimiento de actuaciones conjuntas para el acceso a la vivienda, la adecuación y mantenimiento de la misma, y especialmente frente a la pérdida de vivienda.»

Respecto a esta última función, el apartado primero del artículo 58 dispone también lo siguiente:

«Los órganos de las Administraciones Públicas competentes en materia de servicios sociales deberán coordinar sus actuaciones con las de los órganos competentes para la prestación de los servicios que corresponden a otros sistemas y políticas públicas, en particular con el sistema de salud, con el sistema educativo, con el sistema judicial, con las políticas de empleo, inserción laboral y formación, vivienda, accesibilidad, e igualdad, y, en general, con cualesquiera otras políticas públicas que pudieran confluir con los servicios sociales en áreas concretas de la intervención social.»

Séptima.- Sobre la presente queja.

El Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache nos comunicó en el año 2020 que había emitido informe acreditando que la familia se encontraba en situación de vulnerabilidad, así como la atención social que se venía prestando a la interesada por los servicios sociales comunitarios. En cuanto a su necesidad de vivienda, se nos indicaba que la Oficina Municipal de Vivienda estaba interviniendo en el caso -aunque no se ofrecía más información- y se afirmaba que el Ayuntamiento no cuenta con recursos de alojamientos alternativos propios para las situaciones de pérdida de vivienda. En estos casos, se señalaba, aparte del asesoramiento de la citada Oficina, se dispone únicamente de los recursos de los servicios sociales, si bien tampoco se concretaba posibles recursos a activar en el caso planteado por la interesada.

La petición de un informe más detallado efectuada en el mes de octubre no ha tenido respuesta cuatro meses después. Por ello, no disponemos de información sobre recursos y prestaciones concretas que se puedan activar para facilitar una alternativa habitacional a esta familia monoparental con dos hijas menores antes del desahucio, que ha sido suspendido solo temporalmente.

El Defensor del Pueblo Andaluz es plenamente conocedor de la sobrecarga de trabajo con la que se encuentran los servicios sociales comunitarios de toda nuestra Comunidad en la actual situación de pandemia, así como de las dificultades de los ayuntamientos de pequeño y mediano tamaño para afrontar los cada vez más numerosos casos de familias con necesidad urgente de vivienda. Sin embargo, ello no obsta para que conforme a la normativa y jurisprudencia nacional e internacional las administraciones con competencias en la materia deban adoptar todas las medidas necesarias, hasta el máximo de sus recursos disponibles, para satisfacer el derecho a la vivienda de las familias vulnerables que se enfrentan al desahucio de su vivienda.

A la vista de todo ello y de conformidad con lo establecido en el apartado primero del artículo 29 de la Ley 9/1983, del Defensor del Pueblo Andaluz, se le formula la siguiente

RESOLUCIÓN

RECORDATORIO 1. - del deber legal de colaboración contenido en el artículo 19.1 de la Ley reguladora de esta Institución, ya citada, por el que los poderes públicos de la Comunidad Autónoma está obligados a auxiliar, con carácter preferente y urgente, al Defensor del Pueblo Andaluz en sus investigaciones e inspecciones.

RECORDATORIO 2. - de los deberes legales establecidos en los preceptos recogidos en el cuerpo de la presente Resolución y a los que se debe dar inmediato y debido cumplimiento.

RECOMENDACIÓN. - para que por parte de ese Ayuntamiento se adopten todas las medidas necesarias, hasta el máximo de sus recursos disponibles, para satisfacer el derecho a la vivienda de esta familia.

Jesús Maeztu Gregorio de Tejada Defensor del Pueblo Andaluz

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