
La Defensoría de la Infancia y Adolescencia de Andalucía (DIAA) ha analizado la salud mental infantil y juvenil como una prioridad en las políticas públicas en la última publicación de la revista que editan defensores de España e Iberoamérica integrados en la Red de Niñez y Adolescencia de la Federación Iberoamericana del Ombudsperson (FIO). En esta publicación participan junto a la Defensoría andaluza la Defensoría del Pueblo de Bolivia, el Síndic de Greuges de Cataluña, el Ararteko vasco, la Defensoría del Pueblo de Perú, la Comisión estatal de Derechos Humanos del Estado de Nuevo León (México) y la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
En su posicionamiento del 29 de octubre de 2024, la Red de Niñez y Adolescencia de la FIO ya instó a los países a reconocer el derecho a la salud mental de las infancias y adolescencias como una “prioridad tanto en las agendas públicas como en las instituciones nacionales de derechos humanos, estas últimas tienen la importante labor de alertar continuamente sobre los hechos que puedan vulnerar el derecho a la salud, la vida y la integridad”.
A este respecto, la Organización Mundial de la Salud reconoce la salud mental como un derecho humano fundamental, entendido como un estado de bienestar que permite a las personas desarrollar sus habilidades, afrontar situaciones difíciles y participar activamente en su comunidad. Por ello, todas las personas, incluidas niñas, niños y adolescentes, tienen derecho a acceder al más alto nivel de salud mental y a recibir atención accesible, digna y de calidad.
En las últimas décadas se han impulsado cambios significativos; se ha transitado de visiones marcadas por el estigma a enfoques que buscan sensibilizar sobre su impacto en el bienestar integral y el respeto a la dignidad humana, y se ha avanzado hacia la adopción de un modelo biopsicosocial que integra factores biológicos, psicológicos y sociales en la prevención y tratamiento, alejándose de una perspectiva exclusivamente biomédica. Asimismo, se reconoce que el lenguaje desempeña un papel crucial en la salud mental, pues influye en la percepción, el acceso a la atención y la reducción del estigma. Debido a que el derecho a la salud mental de niñas, niños y adolescentes es prioritario, esta publicación se centra en las experiencias y reflexiones que en torno al tema tienen las instituciones que integran esta Red.
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