La pobreza infantil no es simplemente un índice alarmante de insuficiencia o falta de recursos económicos. Es el contexto en el que Lucas, Eva, Javier, María, Ana, Andrea, Hugo, Lara, Carlos, Cristina, Miguel y Manolo4 viven su infancia, crecen y se preparan para su vida adulta. Lucas, Eva, Javier, María, Ana, Andrea, Hugo, Lara, Carlos, Cristina, Miguel y Manolo son ciudadanos del presente y actores clave del futuro de este país, cuya sociedad debe tomar conciencia a todos los niveles (gubernamental, legislativo, judicial, empresarial, asociativo e individual) de la gravedad de que vean limitada la realización de sus derechos. La sociedad en su conjunto debe ser consciente de la necesidad de adoptar medidas efectivas para paliar la actual situación garantizando el respeto, promoción y protección de los derechos reconocidos a todos los niños y las niñas en la Convención sobre los Derechos del Niño.
El Estado –los poderes y administraciones públicas– tiene la obligación de actuar como garantes de la plena realización de estos derechos de los que son titulares los niños y las niñas, una obligación adquirida a nivel internacional, de!nida en los tratados de Derechos Humanos. Sin embargo, su actuación ante la actual coyuntura económica antepone a esta obligación el cumplimiento con las exigencias de las instituciones !nancieras nacionales e internacionales. Las políticas “de austeridad” están agravando considerablemente la situación al restringir, aún más, la ya limitada capacidad del modelo de protección social para dar una respuesta adecuada a las necesidades de niños, niñas y familias en una situación económica desfavorable. Además, en este mismo sentido se están llevando a cabo una serie de reformas estructurales de las políticas y servicios sociales que resultan preocupantes porque anteponen la e!ciencia económica del modelo a la mayor garantía posible de los derechos de la población en general, y de los niños y las niñas en particular.
Abordar la situación en la que viven actualmente Lucas, Eva, Javier, María, Ana, Andrea, Hugo, Lara, Carlos, Cristina, Miguel y Manolo, entre los más de dos millones y medio de niños y niñas que se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social en España, requiere la adopción de medidas urgentes que garanticen el disfrute de todos los derechos reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño.
“Dado que la mayoría de los que viven en la pobreza son niños, y
que la pobreza en la infancia es una causa básica de pobreza en
la vida adulta, los derechos de los niños deben tener prioridad. […]
A !n de erradicar la pobreza, los Estados deben adoptar medidas
inmediatas para combatir la pobreza en la infancia.”
Magdalena Sepúlveda Carmona,
Relatora Especial sobre Pobreza Extrema y Derechos Humanos
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